Contramaestre durante mucho tiempo fue conocida como la ciudad del cítrico debido a la cantidad de campos sembrados de naranjas que existían.
Hoy la realidad es otra y la denominación casi perdida como los frutos, cede el paso a una nueva manera de llamar a nuestro terruño: la ciudad de la bota gigante.
Para muchos ya es el símbolo de la ciudad y no es poco frecuente escuchar a viajeros que pasan nombrarla de ese modo.
Tiene Contramaestre el privilegio de recibir a quienes desde el occidente del país y por la carretera central que la divide viajan a Santiago de Cuba, la imagen que brinda la ciudad recibe al visitante con aires renovados.
Esta enorme bota está ubicada en el mismo corazón del municipio, frente al Parque Central y es el resultado artístico de un grupo de jóvenes de aquí, quienes quisieron representar a través de ella el alma trabajadora de todo nuestro pueblo.
La imagen de este símbolo recorre el mundo pues su valor estético atrae el lente de turistas y visitantes ávidos de llevar a casa un grato recuerdo de nuestro Contramaestre.