A sólo 12 km del centro urbano de mi ciudad está, entre la vegetación de la Sierra Maetra,
la base de campismo Las golondrinas. En los años 80, un grupo de cabañas rústicas, ubicadas
unas en la planicie que hace de centro y otras en la falda de las lomas, fueron el escenario
cómplice de muchos de los amoríos furtivos de mi generación. Allí quedaron atrapadas
inumerables anécdotas.
Hoy la base continúa siendo un atractivo natural donde naturaleza y sociedad se juntan para
ofrecer un espectáculo maravilloso. He aquí algunas muestras de sus encantos.
Mi pueblo como dice el refrán es una cajita de sorpresas y a cada instante suceden cosas raras y extraordinarias, fíjense nada más en este pedazo de la carretera central que divide a la mitad a Contramaestre. Hace poco más de dos años tras un maratón de cumplimiento a obras que en saludo al 26 de julio, debían ser entregadas, aquí en solo escasas jornadas de trabajo se reparó este puente, conocido como el de la Filomena. Hoy a pocos días de las celebraciones de la misma fecha, se trabaja intensamente en la enmienda del mal trabajo y la culpa de las "malas corrientes" que por debajo corren. Falta de recursos, demoras innecesarias ... serán las responsables en esta oportunidad del incumplimiento, que ya es evidente. Por suerte estas culpas, en mi pueblo generalmente son de la vaca.
Particularmente amo a los niños y me encanta
trabajar para ellos, cuando lo hago siento que
despierta en mí el pequeño que llevo dentro.
Hoy quiero ofrecerles algunas imágenes
tomadas
en el Cículo Infantil 28 de enero,aquí en nuestro
Contramaestre, durante la actividad final de
este curso escolar.
Nuestros pequeños, en su deliciosa inocencia poco necesitan para ser felices, unas pocas golosinas, que los dejen cantar sus canciones favoritas, la presencia de sus padres y maestros...en reciprocidad,nos regalan su ternura, su entrega...su amor.